domingo, 12 de septiembre de 2010

SOLICITUD DE PEDIDO DE UNA LEY DE EMERGENCIA URBANA, PARA LA CIUDAD METROPOLITANA DE BUENOS AIRES.

Setiembre de 2008
La conurbación de Buenos Aires es una de las mayores del mundo por su extensión y población. Se multiplicó vertiginosamente en los últimos 60 años, replicando un modelo de urbanización, que consiste en la acumulación de grandes contingentes de población en una megalópolis, a expensas del abandono del territorio nacional y sin planes de desarrollo. En Latinoamérica, Buenos Aires, San Pablo y México DF, son tres ciudades ejemplo de este proceso socioeconómico perverso, de graves consecuencias para la misma ciudad y el país.

Hoy se da el hecho que en una milésima parte de la superficie de la Argentina, se acumula más de un tercio del total de su población (trece millones de habitantes en 2.500 Km2) con una densidad promedio de 3.600 hab. /Km2 -y con puntos colapsados de 180.000 hab. /Km2, en barrios de la Ciudad Autónoma- contra un promedio de 13 hab. /Km2 en todo el país.

Nuestra Ciudad Metropolitana de Buenos Aires depende de diferentes gobiernos: nacional, provincial, municipal y de la Ciudad Autónoma; esta última aparece como una pequeña provincia de 200 Km2, delimitada por la avenida Gral. Paz y el Riachuelo, dentro de los 2.500 km2 que ocupa el tejido urbano de la Ciudad Metropolitana.

Es importante reflexionar que la falta de voluntad política de los diferentes partidos en el gobierno, explica que a 23 años de inicio de esta etapa democrática, no exista un Plan Integral de Desarrollo Territorial y Ambiental para el conjunto de la Ciudad Metropolitana.

La situación inmoral que viven diariamente los usuarios del servicio público de transporte, el record mundial de accidentes de trafico, la contaminación de la ciudad, el caos permanente, el mal direccionamiento de calles, la salvaje destrucción del patrimonio edilicio de la ciudad, la falta de centralidades en las aglomeraciones que componen la ciudad Metropolitana, y en cada una de ellas en los propios barrios, las inundaciones acrecentadas con el calentamiento global, la descontrolada cartelería publicitaria, Los espacios verdes públicos parquizados que han disminuido un 70% en relación a la cantidad de habitantes; el 10% de la población vive en villas miseria, otro 10% hacinado en condiciones similares y otro 30% en viviendas obsoletas. Sin embargo, en los últimos cuatro años la superficie destinada a “vivienda suntuosa” representa la mayor cantidad de permisos de construcción demandados. El déficit alarmante de vivienda, la situación de pobreza extrema de un 38% de la población, ....y un largo etcétera.

Esta anarquía en el desarrollo de la Ciudad Metropolitana amerita tomar medidas inmediatas.

Hoy el tiempo apremia, la Ciudad Metropolitana necesita un plan serio con participación democrática real. Los daños que se derivan de esta anarquía de gestión son graves para la salud de sus habitantes y para la economía del país. Sólo benefician a “inversores” que hacen uso de dineros poco claros.

Desde diversas instituciones, como la defensoria del Pueblo, se han escuchado voces pidiendo leyes de emergencia: De transporte, Y Ambiental. Y son urgentes otras que afectan a la problemática de las inundaciones, al déficit y segregación habitacional, y contra la pobreza y la desigualdad.

También se requiere por necesaria y urgente una planificación del conjunto del territorio de la Ciudad Metropolitana de Buenos Aires, serio, y democrático con participación de la ciudadanía. Y que dicha planificación por la envergadura que tiene debe instrumentarse desde hoy, y llevara algún tiempo su elaboración.

Porque todos estos requerimientos, se están refiriendo sectorialmente a la ciudad Metropolitana, es que solicitamos a esta legislatura implemente con carácter de urgente “Una Ley Nacional de Emergencia Urbana en la Ciudad Metropolitana de Buenos Aires”.

Eso significa, entre otras medidas:
• Parar la especulación inmobiliaria

• Encarar la vivienda de tipo social, dedicada a la población de escasos o nulos recursos. a través de un Plan Integral de Viviendas.

• Eliminar los daños por inundaciones periódicas urbanas.

• Limpiar los ríos y recuperar sus bordes para un sistema de parque públicos.

• Reorganizar y mejorar el sistema integral de transporte. (Autobuses, subterráneo, trenes, autos, recorridos, direccionamiento de calles)

• Descentralizar y equilibrar la ocupación de la ciudad.

• Resolver la insuficiencia de infraestructura de servicios y extender las redes a los sectores de población mas vulnerables.

• Proteger las pocas piezas de patrimonio histórica y cultural que han sobrevivido al saqueo privado y a la indiferencia y complicidad de los gobiernos.

• Resolver el problema de los desechos urbanos.

• Uso social a los inmuebles ociosos del Estado Nacional y de la Ciudad, distribuidos en la trama urbana ya construida.

• Inmediatamente comenzar un plan de rehabilitación integral de los barrios.
Por ello exigimos una Ley Nacional, que resuelva la fragmentación jurídica de la Ciudad Metropolitana y convoque al desarrollo de un Plan Integral de Desarrollo Urbano y Socio-Económico, con participación democrática real de sus habitantes.

Que dicha ley proteja todas las tierras públicas.
Es tiempo de un accionar diferente, porque la ciudad la pide a gritos, porque la mezquindad debe dar lugar a las generaciones futuras, porque es tiempo que las Instituciones de las Ciudades, la provincia y la Nación, comiencen a hacer el territorio y sus ciudades más democráticas.

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